Ayer, 27 de septiembre, la Resistencia perdió a uno de sus más grandes símbolos. Sayyed Hassan Nasrallah, líder indomable de Hizbullah, fue brutalmente asesinado por las Fuerzas de Ocupación Israelíes. Su muerte marca un antes y un después, pero también enciende con más fuerza la llama de la resistencia.
Nasrallah, faro de la lucha y la dignidad, lideró con visión y coraje durante casi tres décadas la Resistencia del Líbano, guiándola de victoria en victoria. Desde la histórica liberación de Líbano en el año 2000, pasando por la derrota del invasor en 2006, hasta el constante apoyo al oprimido pueblo palestino y su heroica Gaza. Sus acciones y convicciones quedarán inmortalizadas en la historia, no solo como un líder, sino como un maestro para los pueblos libres del mundo, aquellos que se niegan a doblegarse ante la opresión.
Este vil asesinato abre un nuevo capítulo de violencia en la región. Condenamos esta cobarde operación criminal llevada a cabo por Israel, brazo armado del imperialismo, apoyado y alentado por los Estados Unidos. Pero advertimos: Hizbullah seguirá siendo el baluarte que romperá los sueños de expansión del sionismo. Las ambiciones de los opresores se estrellarán una y otra vez contra el muro inquebrantable de la resistencia.
Nos despedimos de Nasrallah, pero su martirio solo avivará la llama de la lucha. Su sacrificio no será en vano. La resistencia, hoy más que nunca, se fortalece con su ejemplo, y su espíritu guiará a las futuras generaciones en el camino hacia la libertad. La causa justa no se detendrá. La determinación, la firmeza y la voluntad de los pueblos libres del mundo no serán doblegadas por las balas ni por las bombas del enemigo.
Desde la Coordinadora por Palestina, extendemos nuestras más sentidas condolencias a la familia de Sayyed Nasrallah, a los valientes combatientes de Hizbullah y al pueblo libanés. Compartimos su dolor, pero también su fuerza. Nos solidarizamos con quienes, como él, han dado la vida por la justicia y la dignidad de los pueblos.
No habrá paz para Israel mientras continúe su política de terror y genocidio. El cobarde Netanyahu y su gobierno fascista deberán responder ante la justicia internacional por este crimen atroz. Exigimos que el Gobierno de Chile eleve esta denuncia a las instancias internacionales correspondientes. El silencio ya no es una opción.
El sionismo está condenado a desaparecer, su era ha llegado a su fin. Israel ha cavado su propia tumba y su arrogancia será su ruina.
Finalmente, instamos al Presidente Gabriel Boric a condenar con firmeza este crimen y alzar la voz en defensa de los derechos humanos y la justicia. Chile no puede seguir guardando silencio frente a las masacres del sionismo.
¡La resistencia continúa!
¡El pueblo palestino vencerá!