ACOMPAÑANOS EN EL TWITTAZO # ...

Por Palestina: Movilización universitaria busca una universidad “libre de apartheid”

Por Javier Karmy Bolton

Los pueblos del mundo, que habían sido silenciosos testigos los primeros meses del genocidio palestino, se han ido organizando para detener la masacre sionista con acampadas universitarias en países como Estados Unidos, Canadá, Europa y en América Latina. Chile no ha sido la excepción y estudiantes de las universidades de Chile, Católica y otras se han movilizado. 

Desde el acampe de la Casa Central de la Universidad de Chile, Aldo Villalobos, electo como vocero de dicha instancia, explica que esta movilización se inició porque se “conmovieron profundamente” con la situación en Gaza y que “algo se podía hacer”. Junto con el Comité de Solidaridad por Palestina de la Universidad de Chile investigaron sobre la ocupación y el desplazamiento del pueblo palestino. Así, decidieron “tomar acciones más decididas y ser parte de este movimiento internacional de jóvenes” que luchan contra el genocidio y la autodeterminación del pueblo palestino, explica Aldo, lo que en la Universidad de Chile significa trabajar por el corte de convenios con instituciones académicas israelíes.

En el marco de las movilizaciones, se puede mencionar una primera instancia que se realizó en el campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile. Fue una asamblea triestamental que versó sobre las acciones que deberían tomar estudiantes, académicos y funcionarios para cortar lazos con la academia israelí que está involucrada en la ocupación, apartheid, genocidio y políticas de lavado de imagen de Israel.

Para iniciar este recorrido se convocó a un banderazo por Palestina el 15 de mayo, día en que se conmemora el inicio de La Nakba (catástrofe). Esta movilización concluyó con el acampe universitario en la Casa Central de la Univerisdad de Chile, izando la bandera del Estado Palestino en el frontis de la sede, y abrazando al busto de Andrés Bello, fundador de la Chile, con un kuffiye

Dentro del petitorio se incluyó poner término, con efecto inmediato, del Convenio Marco con la Universidad de Tel Aviv (24.02.1982), otro entre la Facultad de Medicina con la Universidad Ben Gurión de Neguev Beer Sheva (07.07.2005), y una Carta de Intención entre la Facultad de Filosofía y Humanidades y el Instituto de Ciencias Judaicas de la Universidad Hebrea de Jerusalén (24.03.1999). Con esto se podría declarar a  la Universidad de Chile como “Espacio Libre de Apartheid”.

Pero la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, quien inició también un “acampe” en su oficina, criticó por medio de un comunicado que si bien la movilización había sido convocada como un “banderazo”, había derivado en “una ocupación del Salón de Honor” lo que había alterado la realización de una Charla Magistral de la Primera Vice Primera Ministra de Ucrania, Yulia Svyrydenko. También expresó que “todas las voces importan”, por eso “la clausura de la libertad académica empequeñece a las universidades y las despoja de su valor esencial”.

La declaración de Devés fue contestada por Faride Zerán, profesora titular de la Facultad de Imagen y Comunicación de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Periodismo, quien escribió que llama la atención “que se haga aparecer ante la opinión pública que nuestros estudiantes no respetan el diálogo ni la libertad de expresión. Y que ante la “acampada” estudiantil por Palestina, la rectora “acampe” en su oficina, en un gesto que los medios (los grandes) destacan como épico, (el orden frente a los bárbaros) mientras en ciertos salones de la universidad hay quienes vociferan pidiendo nombres y represalias contra aquellos que apoyan a los estudiantes, en una suerte de macartismo añejo que pretende amedrentar a quienes pensamos que la universidad somos todos”. Cerrando su comunicación con una frase de Andrés Bello de que “en la Universidad de Chile “todas las verdades se tocan”, para algunos siga dependiendo de cuál sea esa verdad, clausurando así el debate, el pensamiento crítico y todo aquello que atente contra el sueño de la universidad tecnocrática, ciega y muda ante los horrores y demandas de su tiempo”.

A la par de las críticas de la profesora, la Asociación de Académicos de la Universidad de Chile realizó una declaración pública con fecha 20 de mayo, en que expresa que la acción estudiantil que había sido previamente anunciada, “se efectuó de una manera pacífica y libre de agresiones de hecho o de palabra de parte de ellos”. Y que debido a la coexistencia de otro acto “el de una conferencia de representantes de Ucrania, se produjeron algunos roces que no merecían la actitud descalificadora de algunas autoridades”. Finalmente, consideran “innecesario continuar en una escalada de descréditos que lamentablemente son amplificadas en medios de prensa y además dividen a la comunidad universitaria”.

Para Aldo Villalobos el primer comunicado de la rectora decía que “nosotros éramos un grupo de ocupantes violentos de la Casa Central. Ni siquiera hablaba de estudiantes, no hablaba de organizaciones, no hablaba de sujetos políticos, sino que de ocupantes violentos que estaban en la Casa Central y que no permitían la libre circulación y el diálogo”. Y agrega que “era un discurso que decía que “esta gente extraña que viene acá a ocupar mi oficina”, pero “no hacía alusión al genocidio que hay en curso y el principal motivo de la movilización que es la ruptura de relaciones que mantiene la Universidad de Chile con universidades del Estado de Israel”. 

Devés acusó que habían organizaciones “injerencistas” y Aldo Villalobos explica que “todas las actividades que hemos hecho con otras organizaciones, todo el trabajo de investigación también intelectual, todo el trabajo de discusión política ha sido entre el Comité de Solidaridad con el Pueblo Palestino de la Universidad de Chile y organizaciones de la Universidad de Chile”. Es más, “nosotros somos parte de la Coordinadora por Palestina”, entonces, “de externo no hay nada”, espeta y agrega que “aquí hay decisiones políticas marcadas en una coyuntura del genocidio más grande del siglo XXI y que los estudiantes de la universidad vimos la necesidad de tomar acciones mucho más concretas, más articulados y decididos por la ruptura de las relaciones (con universidades israelíes)”.

El día 20 de mayo desde rectoría de la Universidad de Chile se emitió otro pronunciamiento dirigido a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) donde menciona que “la operación militar israelí (…) ha cobrado la vida de decenas de miles de palestinos en los seis primeros meses, dos tercios de los cuales son mujeres y niños, y ha desplazado a más de dos millones de personas”. Menciona la “grave crisis alimentaria”, los “graves daños a la infraestructura” y la paralización de “todo el sistema educativo palestino”, y por eso expresa que la Universidad de Chile se suma al “llamado internacional que exige a Israel detener el sufrimiento humano producido por la masacre y la destrucción ocasionada por sus tropas en los territorios palestinos ocupados, compartiendo la preocupación por una solución pacífica y duradera a la Cuestión de Palestina”.

Si bien el comunicado sostiene que van a convocar a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) y los Centros de estudiantes para “avanzar en conjunto en una agenda institucional que dé valor y visibilidad a la situación que actualmente se vive en los territorios palestinos, concordando propuestas que respaldan este compromiso”, también insiste en que ello solo será posible “si se cuenta con espacios universitarios libres, respetuosos y seguros, de manera que todas las voces que forman parte de nuestra comunidad puedan expresarse y aportar sin restarse, generando un contexto compartido para concentrarse en la causa Palestina, sin desviar la atención del debate público”.

Pese a la respuesta de Devés, la Fenafuch, Federación Nacional de Funcionarios de la Universidad de Chile, saludó la movilización y lamentó lo que rectoría había dicho sobre los estudiantes. Así también ocurrió con la CAUCH, Asociación de Académicos de la Universidad de Chile, quienes también saludaron la movilización y “vieron la necesidad de que como comunidad educativa estemos claramente en contra del genocidio y que no tengamos ningún tipo de relación con un Estado genocida”, explica Aldo.

Primera facultad chilena en cortar lazos con academia sionista

La Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile se convirtió en la primera facultad chilena en cortar lazos con instituciones sionistas de Israel. Esto se dio a conocer el día 20 de mayo en una carta al centro de estudiantes de dicha facultad donde además se posicionó declarando que condena “enfáticamente la operación de exterminio de que ha sido objeto la población civil palestina durante los últimos meses por parte del ejército de Israel”. Agrega que “resulta indesmentible que se trata de una acción de represalia indiscriminada y desproporcionada (…) donde se destaca, por el efecto simbólico que parece estar siendo perseguido por parte de la avanzada militar israelí con ello, la demolición a todas luces imposible de explicar o justificar de recintos universitarios y centros hospitalarios”. 

La misiva establece que “estamos en condiciones de declarar unilateralmente su pérdida de vigencia y darlo definitivamente de baja” el acuerdo de cooperación firmado en 1999 entre el Centro Internacional para la Enseñanza Universitaria de la Cultura Judía y el Instituto de Ciencias Judaicas de la Universidad Hebrea de Jerusalén ya que “hace ya casi dos décadas que no ha tenido más actividad constatable”, y refuerzan la idea aludiendo a “los acontecimientos descritos en el punto anterior” además de que fue una decisión apoyada por la actual dirección del Centro de Estudios Judaicos de la misma facultad. 

Asimismo, la Facultad declara “la pérdida de vigencia” de un agreement  firmado en 1982 entre la Universidad de Chile y la Tel Aviv University dada su prolongada inactividad, aunque en este caso “queda pendiente por establecer el alcalde de la capacidad jurídica que tiene la facultad para actuar de esta manera”. 

La carta a los estudiantes declara que la Facultad de Filosofía tiene la “voluntad de materializar el cese de los acuerdos suscritos por nuestra facultad con las instituciones señaladas” en correspondencia con “nuestra demanda de un inmediato cese al fuego en el conflicto, de modo que en nombre de la paz se ponga término de una vez a la operación militar desplegada en contra de la población civil en la Franja de Gaza y los demás territorios de Palestina”.

Aldo Villalobos desde el acampe universitario narra que sigue la movilización porque “no solamente hablamos de un genocidio, sino de escolasticidio, porque hoy por hoy, casi no hay universidad en Palestina porque la realidad es que las universidades palestinas que están en pie, “están siendo usadas como refugio ante el bombardeo constante y las ofensivas militares del Estado de Israel”.

Para los estudiantes la movilización tiene un objetivo muy claro: “Hay que hacer presión para que cese el genocidio”, espeta Aldo. Mientras tanto, se están realizando múltiples actividades al interior de la Universidad de Chile lideradas por este movimiento estudiantil para hablar de Palestina y de cómo cortar los lazos con las instituciones israelíes. Así se han realizado pintatones, intervenciones gráficas, conversatorios y foros. “La recepción de la sociedad respecto a esta movilización ha sido muy positiva y, en cambio, quienes han mostrado su intransigencia ha sido Rosa Devés y su equipo, incluso respecto a la demanda de ruptura de relaciones con las instituciones académicas de Israel”, comenta Villalobos.

Este viernes 24 de mayo está convocada una jornada de marcha nacional que comenzará en la Casa Central de la Universidad de Chile, para dirigirse a La Moneda. Porque para Aldo, una cosa es clara, “las, los y les jóvenes y estudiantes somos también sujetos sociales y políticos, y ha sido muy inspirador ver cómo compañeras, compañeros, compañeres míos de la universidad se han conmovido con el genocidio y han decidido tomar en sus manos la lucha en la escala que podemos para hacer algún tipo de presión para que se corten lazos con el Estado de Israel”. Por eso llama a que en todas las universidades y casas de estudio se organicen en solidaridad por Palestina para “luchar por universidades libres de genocidio, de apartheid, y para que hagamos una gran coordinación de universitarios en contra del genocidio y en solidaridad con el pueblo palestino”.