Ha llegado el momento de tomar medidas decididas. Desde el 7 de octubre, hemos sido testigos de un nuevo ataque genocida por parte del Estado de Israel contra el pueblo palestino.
Las noticias que nos llegan desde Gaza, Cisjordania y otras zonas ocupadas son desgarradoras e inaceptables: más de 7.000 personas han sido asesinadas, un tercio de las cuales son niños y niñas. Además, decenas de miles de personas han resultado heridas y más de 700.000 personas han sido desplazadas de sus hogares.
Es una tragedia que se asemeja a la que sufrió Palestina en 1948.
Con la instalación del Estado de Israel en territorio palestino con respaldo del imperio británico y el posterior apoyo permanente de Estados Unidos, la población palestina fue expulsada de sus tierras mediante la violencia sistemática de grupos sionistas terroristas y el naciente ejército regular israelí. Casi un millón de personas fueron desplazadas a la fuerza, miles de aldeas fueron eliminadas y sus nombres reemplazados, en un largo proceso de limpieza étnica cuyo principal objetivo es eliminar a Palestina para que Israel pueda instalarse a sus anchas en Medio Oriente y representar fielmente los intereses estadounidenses en dicho territorio.
En respuesta a una nueva ola de bombardeos en Gaza y de ataques a comunidades palestinas en Cisjordania, hemos formado la Coordinadora por Palestina, una coalición compuesta por diversos movimientos sociales, sindicatos, colectivos feministas, partidos políticos, organizaciones de derechos humanos, colectivos territoriales, y personalidades de la política y la cultura. Sentimos una gran responsabilidad humanitaria en esta situación y queremos actuar.
El pueblo de Chile tiene una tradición de solidaridad internacional con otros pueblos oprimidos, y la Coordinadora por Palestina quiere honrar esa historia. Hacemos un llamado a todas las organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles y de la sociedad civil a unirse a este esfuerzo colectivo para poner fin a la barbarie, promover la paz y la justicia para el pueblo palestino.
Nuestros esfuerzos se centrarán en:
Solidaridad activa: Nos convocamos a movilizarnos en las calles para expresar al mundo que no seremos cómplices del genocidio en Palestina. El pueblo de Chile debe respaldar una solución política y democrática al conflicto que reconozca a todas las nacionalidades, pueblos y culturas que habitan en la histórica Palestina.
Fin al genocidio: Demandamos un alto al fuego inmediato y la entrada de ayuda humanitaria en la franja de Gaza. Este es el piso mínimo para cualquier salida ante la crisis actual.
Cese de relaciones con Israel: Promovemos que el gobierno de Chile suspenda las relaciones diplomáticas, los vínculos comerciales y militares con el Estado de Israel. El compromiso de Chile con los Derechos Humanos y el Derecho Internacional obliga al gobierno a aislar a un Estado que establece un sistema de apartheid sobre la base de 75 años de limpieza étnica contra el pueblo palestino.
Fin al apartheid y derecho al retorno: Buscamos que el Estado de Chile promueva una iniciativa política y diplomática junto a otros países latinoamericanos para poner fin al sistema de apartheid en los territorios ocupados y desmantelar los asentamientos que perpetúan la ocupación israelí en Palestina. Aspiramos a que la solidaridad y la diplomacia movilizada de los pueblos contribuya a alcanzar este objetivo.
Vivimos momentos cruciales para la humanidad. En Palestina se juega hoy el destino del siglo XXI. ¿Será un siglo de invasiones, terrorismo de Estado y genocidio? ¿O será el siglo de la solidaridad entre pueblos?
¿Qué haremos para detener el genocidio actual y asegurar que nunca más caigan bombas sobre las escuelas donde juegan niñas y niños, los hospitales donde sanan nuestras familias, los barrios donde aprendimos a ser felices?