Todas las formas más horribles de mutilación, discapacitación, asesinato y exterminio masivo se pueden ver en Gaza.
La polio amenaza a los gazatíes, en medio de la devastación de un genocidio en curso. En la Franja de Gaza, la escasez de agua limpia (ni siquiera potable) y de alimentos nutritivos y sin contaminar, incrementa las enfermedades y disminuye la inmunidad de la población. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado el virus de la polio en seis puntos de Khan Younis y Deir al Balah, en muestras de aguas residuales. Hasta la fecha, no se han reportado casos de parálisis, pero la situación es alarmante. La OMS y otras agencias de salud, están evaluando la propagación del poliovirus y planificando campañas de vacunación urgentes.
La destrucción producto de los ataques de la Ocupación, incluido el grave daño a la infraestructura del sistema de saneamiento, tratamiento y suministro de aguas, han creado un ambiente propicio para la proliferación de la polio y de otras enfermedades prevenibles. Antes del 7 de octubre de 2023, el nivel de inmunización en Gaza era del 95% y la poliomielitis era una enfermedad completamente erradicada. Sin embargo, más de nueve meses de “guerra” genocida por parte de Israel contra el pueblo palestino, han destruido el sistema de salud, permitiendo al día de hoy el funcionamiento parcial de sólo 16 de los 36 hospitales y 45 de los 105 centros de atención primaria.La OMS enfatiza que sólo un alto el fuego permitirá ampliar las actividades de inmunización para contrarrestar las deficiencias creadas por los ataques de la ocupación.
Mientras tanto, la población de Gaza sufre inmensamente, desplazándose permanentemente en busca de refugio, a menudo con banderas blancas y sin encontrar zonas seguras.La Oficina de Derechos Humanos de la ONU ha documentado presuntos asesinatos de policías locales y de trabajadores humanitarios, así como el bloqueo de suministros esenciales para la supervivencia. El caos social se está extendiendo y el entorno hostil debido a la “guerra” plantea enormes desafíos para cualquier respuesta humanitaria significativa.
La situación en Gaza es crítica, con una combinación de grave crisis sanitaria, caos social y desplazamiento forzado hacia zonas que no cuentan con la infraestructura básica para la supervivencia de cientos de miles de personas, lo que agrava las condiciones de vida de la población. La identificación del virus de la polio es un signo alarmante que requiere una respuesta coordinada y urgente por parte de la comunidad internacional para evitar un brote mayor y para salvar las vidas que aún no han sido arrebatadas por los crímenes de guerra que no cesan.
En el contexto antes descrito, la Ocupación ha decidido vacunar a su ejército contra la polio, lo cual demuestra que sabe bien que la infección y la enfermedad son un arma mortal. Esta arma biológica podría ser utilizada estratégicamente para exterminar y discapacitar permanentemente al pueblo palestino.
Como se menciona anteriormente, la propagación de la polio se facilita con un saneamiento deficiente, permitiendo que el virus contamine el agua y los alimentos. Sin embargo, nos preguntamos: ¿dónde nace el brote? ¿Podría Israel haber infectado el agua? ¿Por qué una enfermedad controlada pudo infiltrarse en la Franja de Gaza? No estamos hablando de cólera, tifus o hepatitis… Estamos hablando de una enfermedad erradicada en el territorio y de un Estado ocupante cuya industria farmacéutica, biotecnológica y de investigación médica son muy avanzadas. Este es un Estado que no ha ratificado la Convención sobre Armas Biológicas de 1972 y que tampoco ha confirmado ni negado oficialmente la posesión de armas biológicas.
¿Será la polio una política de “defensa” más de Israel?