Por Rodrigo Karmy Bolton
Es posible que la palabra “genocidio” no haya calado suficientemente. La campaña de borramiento sistemático sobre la Franja de Gaza por parte de las fuerzas sionistas sigue y se profundiza día tras día. A pesar que las grandes corporaciones mediáticas han optado por la sonrisa de Kamala Harris antes que, por la desesperación palestina, la precisa campaña de borramiento de un pueblo no hace más que intensificarse. Borramiento al que la intelectualidad palestina ha denominado “nakba” y que desnuda la fuerza colonial y tanática del proyecto sionista que se ha perpetrado desde 1948 con la fundación del Estado de Israel. Pero si bien la nakba funda un tiempo “homogéneo y vacío” en la medida que impone el tiempo colonial de los vencedores, ésta ha tenido varias modulaciones a lo largo de la historia, dentro de la cual, el 7 de Octubre de 2023 constituye el último punto de inflexión en el que se ha intensificado la nakba hasta llevarla hacia un umbral propiamente nuclear.
Los propios jerarcas israelíes no han tenido ningún problema en exigir el lanzamiento de una bomba nuclear. Si bien, una bomba de esas características no ha sido lanzada y no lo será en el inmediato futuro, habría que subrayar que dicha posibilidad quizás no sea del todo necesaria: la cantidad de kilotones estallados en el territorio gazatí durante los últimos 10 meses supera con creces la intensidad de la bomba atómica lanzada por los Estados Unidos sobre Hiroshima (1,5 veces dicen informes). A ello se agrega lo señalado por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas que ha denunciado a Israel de dejar basura nuclear en el territorio de Cisjordania. Ni en Gaza ni en Cisjordania se ha lanzado una bomba atómica, pero entre la cantidad de toneladas de explosivos lanzados en Gaza y la basura nuclear abandonada en Cisjordania, la colonización sionista sobre Palestina se ha convertido, inmediatamente, en una colonización nuclear.
Quizás, el rechazo japonés a invitar a Israel a la ceremonia de conmemoración del lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki donde EEUU y los países europeos solidarizaron con la entidad sionista y se negaron a asistir, diga algo más que un simple contubernio relativo a las relaciones diplomáticas y muestre, al desnudo, el punto de conexión entre Hiroshima y Gaza, entre la catástrofe en Japón y Palestina. Podríamos decir que si los Estados Unidos inauguraron la era de la guerra nuclear, Israel la consuma en un genocidio nuclear dosificado.
Esto pone de relieve un último asunto: ¿en qué puede quedar una colonización de asentamiento, destinada originalmente a expulsar a los nativos para volver a poblar sus territorios con población colona si los territorios en vista quedarán ecológicamente inhabitables?
Posiblemente Gaza es el punto en que la colonización deviene simple gobierno del exterminio, en el sentido que ya no se trata de poblar nuevamente dicho territorio sino simplemente exterminar todo lo vivo que hay en él. En este sentido, la racionalidad del colonialismo israelí se ha excedido a sí mismo y ha devenido dispositivo de completo exterminio: no se trata más de exterminar para poblar sino de exterminar por exterminar (sin necesidad de proyectar “asentarse”: ¿o acaso creen que podrán asentarse en un terreno que ellos mismos han destruido en su mínima función ecológica?). Como si, en el momento del colapso del sionismo, la colonización haya realizado un salto cualitativo, en virtud de su propia fuerza, a una forma en la que todo cálculo racional –incluso el cálculo inmanente a la propia industria colonial- se ha superado a sí mismo exponiendo así al colonialismo como la máquina exterminadora que siempre fue, pero máquina que hoy se anuda “nuclear”.
En este momento, ya no hay retorno posible. Momento en el que tanto el exterminio palestino como el colapso sionista se anudan en una y la misma deriva. En estas condiciones, si cabe seguir usando el término “genocidio” éste tendrá que remitir a la devastación nuclear en curso sin la cual, el peso ético y jurídico de la palabra amenaza con quedar totalmente vacío. Tan vacío como la nakba devenida ha pretendido dejar al territorio palestino.
² https://prc.org.uk/en/post/4641/report-israel-s-lethal-disposal-of-nuclear-waste